Los holandeses de Hunkemöller saben que, llegado el mes de diciembre y acercándonos ya con paso firme a las fiestas que guarda entre sus días, la vida se viste en tonos deslumbrantes y con tacones altos y la lencería no puede permanecer ajena a este momento de sofisticada belleza. Por eso han contado de nuevo con su excepcional embajadora, Doutzen Kroes, para ser la protagonista principal, aunque no la única, de su colección de fiesta y Navidad.
Rojo y negro son los colores que dominan esta colección, como no podía ser de otro modo porque el negro es el color de la sofisticación y la elegancia casi por naturaleza y el rojo es, dicen, un color fetiche y de suerte para dejar un año y zambullirnos en otro; partiendo de esas dos premisas Hunkemöller presenta una colección de íntima etiqueta hecha para seducir, más pensada para provocar e incitar y para ensalzar la belleza decorándola con suma elegancia, que para vestir una intimidad de discreto invierno.
Y es que si de algo carecen las fiestas es de discreción, ahora mandan los aires sofisticados, los icónicos ligueros cuya utilidad hemos olvidado más allá del toque seductor que nos regalan, y los bordados tan románticos como provocadores, la tentación eterna de las transparencias, los irrenunciables encajes lenceros y el colmo de la seducción llevado a prendas de loungewear y homewear.
No, la colección de fiesta de Hunkemöller no está pensada para la calidez de un invierno de interior sino para la provocación de una noche de vino y rosas que riega sus últimas horas con unas copas de champán, para que te sientas más bella que nunca y mejor vestida en un interior secreto pensado para desvelarse al calor de una velada íntima que sea solo el anticipio de un año de amor...
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