La creatividad, la sofisticación, la elegancia y la lujuria han tomado por asalto nuestra intimidad armadas sólo con lencería... porque nada resulta tan seductor como las prendas íntimas siempre que éstas hayan sido diseñadas con ese objeto y fin. Claro que no todas las firmas lenceras cumplen estos objetivos, las hay que se rinden a la funcionalidad y se ocupan de nuestro día a día pero las que nos gustan, las que observamos siempre con detenimiento y, en ocasiones, acabamos con una de sus piezas sobre nuestra piel, esas dejan la funcionalidad en segundo plano y rompen con la monotonía más íntima. Una de esas firmas es, sin lugar a dudas, Aubade.
Las propuestas lenceras de Aubade para la próxima primavera son como para lucirlas... y de hecho la campaña que nos las muestras es muy exterior, casi diríamos que es una cuestión de exhibicionismo pero, a la vista de las piezas que componen esta colección, ¿cómo resistirse a la tentación de mostrarlas?
Aubade ha buscado inspiración más allá de su París natal y de la tradición e historia de la lencería gala, se dejado llevar por un mundo variopinto y de culturas diversas y ha diseñado, trazo a trazo y pieza a pieza, como vestir diferentes momentos y lugares de la tierra.
Así encontramos composiciones de inspiración tropical pensando en un verano brasileño, otras más atrevidas y sugerentes, además de coloristas, que se evocan el carnaval; descubrimos también inspiraciones incas y hasta de Woodstock; evocaciones mexicanas y, para completar el mapa del mundo, inspiraciones rusas.
Se trata de una colección rica en color y en detalles, en encajes, transparencias, lazos... La de Aubade es una primavera intensa y romántica que viste su interior en la lencería más bella y sofisticada, la más elegante y, tan sugerente en sus diseños y colores, que llega a parecer incomprensible que tenga que permanecer oculta bajo otros tejidos.
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