Los comienzos, aun siendo jóvenes, siempre son duros a la par que merecidos. Me explico: salir de la nada y plantarte en el ‘todo’ no es algo que se consiga con un movimiento de nariz a lo Samantha, o al menos no se trata del procedimiento corriente. Hay millones de talentos que no paran de saltar y hacer malabares para que alguien decida perder un poco de lo que creen su amado tiempo en mirar más allá.
Pero hay que reconocer que mientras más duro es el camino más dulce es la gloria. Quizá deberíamos preguntarle a Ana Balboa a qué sabe el éxito…
Disciplina, constancia y perfeccionismo. Además de describir la carrera profesional de la diseñadora vallisoletana, son las cualidades que identifican la inspiración de la última colección primavera-verano 2013 de Balboa. Unas patinadoras sobre hielo desfilaban por Cibeles con shorts, bodies y vestidos cortos que marcaban la silueta de las modelos a través del punto de seda.
El volumen lo aportaban volantes y plisados acompañados de tonos nude, rojo y verde militar en una propuesta convertida en joya a través de apliques y bordados a mano.
Ana regresa a la que fue su ‘mentora’. McQueen la acoge de nuevo con los brazos abiertos, y no es de extrañar. Solo hay que ver Birds of America para saber que el éxito le espera a la vuelta de la esquina.
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