Dicen que los grandes genios acaban resurgiendo como fenómenos y criaturas únicas tras un periodo de transición en los que, desde un comienzo, la vida decide darles todo aquello que otros, sin embargo, reciben a través de pequeñas dosis. Son este tipo de hechos los que acaban convirtiéndolos en seres extremadamente maduros y consolidados, que acaban haciendo de la estabilidad un simple juego que acabará llevándolos a la cima del triunfo, ya sea aquel que se paladea a través de las papilas de la elegancia de lo clásico y tradicional o, por otra parte, del que se hace valer de las sentimientos para convertir el descaro y lo inoportuno en las mejores recompensas. De la Renta sabía muy bien cuál era el gusto del primero.
Dominicano descendiente de sangre poeta, Óscar decidió un 22 de julio de 1932 que había llegado el momento de ‘dar a luz’ a un nuevo pensamiento de alta costura que encabezaría Balenciaga y que él acabaría consolidando por una parsimonia y unas ideas claras que acabaron enamorando a Jackie Kennedy, Nancy Reagan, Scarlett Johansson, Penélope Cruz o Sarah Jessica Parker. Un maestro de ceremonios que, después de 82 años, deja por escrito un nuevo capítulo en el sector del siglo XX en el que la coquetería y la feminidad cobran un papel fundamental.
Su amor por España, a la que acudió para comenzar sus estudios de Bellas Artes y enamorarse de la moda, y el regreso a Nueva York, donde trabajó para Elisabeth Arden, no es más que un simple viaje que sirvió de lazo para un hecho que era inevitable: consolidarlo como uno de los diseñadores más conocidos, aclamados y respestados del panorama internacional.
Descubre seis de sus grandes clásicos que lo han convertido en una leyenda para todos aquellos amantes del diseño, la moda y, por supuesto, los grandes genios del arte… como lo es Óscar.
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