PHE.
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Plantándole cara al tiempo

Detener el tiempo, congelar un instante, inmortalizar lo bello, permanecer…

Detener el tiempo, congelar un instante, inmortalizar lo bello, permanecer… Dicen que esto es la fotografía: captar un segundo mágico y guardarlo para siempre. Si eso es cierto –yo creo que sí- durante este verano Madrid se va a llenar de rostros, de instantes y de magia porque el pasado 1 de junio arrancó Photoespaña-2011 en el Real Jardín Botánico, plantándole Cara al tiempo.

La recién inaugurada XIV edición de PHE se centra en el retrato y la comunicación, en el mudo diálogo que se establece entre el fotógrafo, el modelo y el espectador. La fuerza de un rostro transmitiendo sentimientos, deseos y estados de ánimo, el momento extraordinario y efímero que el artista capta con su cámara revelándonos significados fascinantes, el poder de la mirada que contempla, que descubre... El festival de fotografía y artes visuales nos ofrece este año –hasta el 24 de julio- sesenta y siete exposiciones, de las que veintiuna forman parte de la sección oficial mientras que el resto se reparte en diversas salas, museos y galerías de arte, todas ellas gravitando en torno a la conexión visual del retrato.

Uno de los platos fuertes es la muestra colectiva Face Contact que acoge el Teatro Fernán Gómez (Plaza de Colón nº 4). En ella 31 artistas exponen sus obras más emblemáticas, desde las más clásicas a las más rompedoras escenas audiovisuales. Los cazadores cazados de Yoani Sánchez, Dulce Pinzón y sus auténticos superhéroes –inmigrantes mejicanos en Nueva York– del siglo XXI, las fotos de prensa –duras imágenes- de Shadi Ghadirian, los carteles tejidos de Jarbas Lopes, las maravillosas imágenes de Dayanita Singh en Nueva Delhi… Desde luego, hay arte para todos los gustos. Conmovedora la obra de Libia Posada, Evidencia clínica. Una serie de impresiones fotográficas en las que la artista sustituye cinco pinturas pertenecientes a las colecciones de un museo por cinco fotografías de mujeres en cuyos rostros se ha reconstruido mediante técnicas de arte forense la evidencia física de los golpes recibidos. La expresión tan perturbadora que reflejan sus rostros es indescriptible, te miran, te lo cuentan. Y muy original la muestra individual Quinceañeras, que recoge los ritos de iniciación de las niñas cubanas el día de su decimoquinto cumpleaños. Una curiosa tradición que simboliza el paso de niña a mujer y se celebra con una gran fiesta.