Entre el 25 de mayo y el 10 de junio, el madrileño parque de El Retiro acoge un año más la gran fiesta del libro de la capital. Desde su origen, el fin último de la Feria del Libro de Madrid ha sido la promoción de la lectura, despertar a través de las letras y la imaginación aletargada por el paso del tiempo, las obligaciones. Peor, el desconocimiento de ese universo repleto de estímulos y emociones que se esconden entre las páginas de los libros.
Es verdad que las ganas de leer surgen de maneras diversas, casi siempre inesperadas. A veces esa adicción, esa dependencia absoluta de respirar el aroma del papel recién horneado, se presenta en la más tierna infancia, en la adolescencia, incluso más tarde. Lo de menos es el momento porque cuando uno se da cuenta, ya no hay marcha atrás. No existe antídoto conocido. Los yonquis de las letras estamos condenados a vivir la vida de los otros, a aspirar lugares ignotos, a pensar en picado (o a no pensar), a soñar espacios inmensos donde sólo la inspiración cuenta, donde los otros no son como los demás y de donde no se puede escapar. Las ferias de los libros se dibujan normalmente como un ventanal inmenso tras del cual se encuentran nuestros más íntimos deseos.
Este 2018, la Feria del Libro de Madrid reivindica la presencia de la mujer en la literatura. No por inexistentes, sino por ignoradas. Y es Paula Bonet la embajadora, la voz gráfica de todos referentes femeninos ocultos en el cambalache “literopatriarcal” imperante en la historia de las letras. A través de referencias gráficas a poetas y artistas como Sara Herrera Peralta, Louise Bourgeois, Elena Medel o Violeta Parra, ha tejido una imagen compleja llena de símbolos e interpretaciones. “Intento con este cartel hablar de cómo la mujer debe dejar de ser objeto, tiene que empezar a narrarse y para ser sujeto. No sólo lo masculino es universal, sino que lo femenino es también universal". Por esta razón la imagen de la nueva edición es polisémica y en su mensaje incluye alusiones a diferentes autoras encabezadas por la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie.
Además de Paula Bonet, Mircea Cărtărescu —como representante de honor del país invitado (Rumanía)— abrirá la sesión inaugural de la feria. Él, poeta, narrador y crítico literario, considerado actualmente uno de los escritores más prestigiosos de Europa, nos pone en bandeja toda la efervescencia literaria y cultural de su país natal. A lo largo de los siguientes diecisiete días de la feria, los lectores tendrán la oportunidad de relacionarse con más de cuarenta escritores rumanos contemporáneos traducidos al español y con una decena de escritores muy apreciados en Rumanía, cuya obra literaria está aún por descubrir en España. Una oportunidad única para celebrar la convivencia cultural entre españoles y rumanos, la comunidad extranjera más numerosa en nuestro país.