La lujosidad de las sedas estampadas en Lyon, la calidad del cuero en el acabado de un par de zapatos, la precisión con la que se tallas las joyas en el centro de París... la artesanía no conoce límites de lujo y prestancia en Francia, donde cada uno de los gremios ha sabido elevar a rango de obra maestra su trabajo. Recorrer su universo es maravillarse ante la genialidad de unas manos, prácticamente siempre anónimas, que ejercitan y mantienen la industria del lujo en la cúspide.
Como homenaje a esos artesanos, pero también como forma de reivindicar a la industria del lujo manufacturero como uno de los puntales de lo que podríamos denominar 'marca Francia', la editorial de La Martinière cuenta con el libro 'Artisans du luxe français', un volumen en el que repasa, mediante firmas seleccionadas, estos trabajos centenarios. Se adelanta al que será el Año de la Artesanía en Francia, 2017, donde numerosos actos darán visibilidad a este mundo.
En sus 240 páginas repasa 12 de esos talleres, en otros tantos capítulos que, repletos de imágenes y con un texto sencillo de entender, nos adentra en los secretos de rincones poco accesibles como, por ejemplo, los hornos de soplado de Baccarat. La firma cristalera, que este año cumple dos siglos y medio de vida, aportó el saber hacer de sopladores, cortadores, grabadores y doradores, muchos de ellos premiados con el título de Mejor Obrero de Francia.
No es la única firma. Hermès es otra de las elegidas, en este caso el de sus maestros sederos. Repasan un trabajo del que salen cientos de pañuelos de seda únicos, los famosos 'carrés', y que forman una de las patas importantes de la firma (la cual, por cierto, realizó su propio homenaje a sus artesanos, en sus diferentes áreas, en Madrid, hace un par de años).
John Lobb, Charvet, Lesage... son muchas las firmas que pasan por el libro, las cuales a su vez trabajan codo con codo con otros referentes de la moda y el estilo francés como Chanel o Dior, de los que son proveedores. Un camino al que nos llevan la directora artística Caroline Clavier y el fotógrafo Jean-Marc Palisse, además del editor Pascale Richard, que se ha encargado de los textos. Una obra que se publicó inicialmente como reportajes individuales para la revista del Hotel Crillon y que da el salto de las suites a las librerías.
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