Antes de todo, estaban los tebeos, estaban Zipi y Zape, las Hermanas Gilda, Mortadelo, Anacleto y Pepe Gotera y Otilio. Antes del anime, del manga, de Kundera, de nombres ingleses para modas inglesas o americanas, de leer a Tolkien, a Mann, a García Márquez, a Hesse. Y mucho antes de Bogart. Antes de eso estaba ir a cambiar tebeos a Maruja, y pensar en Zipi y Zape como esos primos que hacían lo que nosotros jamás nos hubiéramos atrevido ni siquiera a pensar.
Y algún padre que otro era Don Pantuflo, e incluso un par de profesores eran clavaditos a Don Minervo. La vida era tan sencilla como un bimbollo con chocolate mientras veías a los chiripitiflaúticos en una tele en blanco y negro. Y siempre, siempre soñabas con encontrarte al doblar una esquina con cualquier personaje de tebeo.
Y como uno es de volver, un poco por saber de donde viene, un poco por que nunca se fue, le va a echar un buen vistazo a Zipi y Zape y el Club de la Canica, con la sanísima intención de quien abría un tebeo y sólo, simplemente, quería sonreír.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10
-
11
-
12