Puede que la mejor manera de tener una visión general, objetiva y realista de esta sociedad en la que vivimos, ésta que parece, ésta que nos cuentan, ésta que tanto protesta estar al borde del caos, de la sinrazón e incluso, los más agoreros, de la destrucción, sea observar, aprender y meditar acerca de otras sociedades diametralmente opuestas que si sufren esa destrucción. Y además, con el añadido de sufrirla, de estar al borde de la extinción, por culpa nuestra, a causa de nuestro sistema, por mucho que no sea algo individual, de ti y de mi, sino colectivo.
Xingu: la misión al Amazonas, del director Cao Hamburger, nos puede ayudar con eso. Nos cuenta la historia de los hermanos Villas-Bôas, que abandonaron una vida cómoda para dedicarse a conocer, primero, y a la ayuda y protección después, de las tribus indígenas brasileñas del estado de Mato Grosso, logrando que se creara un espacio tan valioso como el Parque Natural de Xingu. Una película valiente y reflexiva -que no pesada-, que nos pone delante del espejo la realidad de una cultura y una manera de vivir que nos puede enseñar más de lo que creemos sobre nosotros mismos, nuestras ambiciones, problemas y pecados como sociedad.
Una película repleta de paisajes bellísimos de una parte del mundo que será muy difícil que veamos de otro modo, tanto por su lejanía, como por que puede que estemos asistiendo a su destrucción si no hacemos algo para remediarlo.
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