Digamos que si pudiéramos convertir el dinero, las joyas o el oro en algo intangible, algo como por ejemplo, una idea, un pensamiento, el sitio más lógico donde guardarlo, y también el más seguro, sería nuestra mente. ¿No guardamos ya en ella los códigos, las contraseñas que dan acceso a nuestras cuentas corrientes o datos personales, nuestros números de teléfonos? ¿O no son acaso nuestros mejores recuerdos, los más preciados, los que metemos en ella y mantenemos con todo el cuidado posible? Si, es cierto que nos lo pueden sacar, al igual que poner una bomba en una caja fuerte. Pero.. ¿y si los olvidásemos?
El protagonista de Trance, la nueva película de Danny Boyle, el director de Trainspotting o 127 horas, es un ladrón (James McAvoy) que ha olvidado donde ha guardado el botín de su último atraco. Y no es él el único que quiere saber el escondite. Así que se trata de forzar la puerta de algo tan intrincado como la mente humana. Y si hay especialistas en caja fuertes, también los hay en entresacar ese tipo de información. En este caso, una hipnoterapeuta (Rosario Dawson). Se inicia así un juego de espejos y reflejos en el que puede que todo no sea lo que parece. O si.
Una buena película de intriga, una cena agradable, un paseo a la luz de las calles, una velada hablando de lo divino y lo humano.... y tendremos otro recuerdo que guarda a buen recaudo en nuestra caja fuerte.
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