El 25 de junio de 1950 estalla la Guerra de Corea. Seis meses después, en diciembre, el Puerto de Hungnam (en la actual Corea del Norte) es el centro de la mayor evacuación de refugiados de la guerra. Duk-soo es uno de ellos, apenas un niño en un océano de personas, que ha prometido a su padre no perder de vista a su hermana. Sin embargo, Duk-soo la pierde entre la multitud, y obliga a su padre a buscarla. Mientras el resto de la familia embarca hacía Busan, ambos desaparecerán en el caos. A partir de ese momento, el joven dedicará su vida a cuidar de su familia, luchando contra todo, y a intentar encontrar a su padre y a su hermana, en una larga búsqueda que durará décadas.
Un dramón. Básicamente, es la definición que de mejor manera describe esta producción surcoreana que abarca, a través de la vida de Duk-soo, la historia del país asiático desde 1950 hasta nuestros días, y que ha conquistado, por lo que parece, al público local, que ha acudido a los cines de forma masiva. Claro que este dato tampoco me parece demasiado indicativo de que por estos lares se produzca algo ni remotamente parecido. Y es que, por mucho que la cultura en general o el cine en particular cada vez sea algo más globalizado, me da que que sería algo parecido a pretender que 8 apellidos vascos fuera un éxito en Seúl.
Eso sí, Oda a mi padre es un dramón de altura, técnicamente exquisito y lleno de soluciones narrativas, personajes y situaciones que lo hacen sumamente entretenido. Así que si lo tuyo no es huir de la lágrima fácil, es bastante aconsejable.
Título original: Gukjesijang
Año: 2014
Duración: 126 min.
País: Corea del Sur
Director: Youn Jk
Guión: Soo-jin Park
Música: Lee Byung-woo
Reparto: Hwang Jeong-min, Kim Yunjin, Oh Dal-su, Jung Jin-young, Jang Young-nam, Ra Mi-ran, Kim Seul-ki, Stella Choe
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