Una obra maestras lo es, evidentemente, por el significado de la segunda parte de su composición gramática. Es decir, por el "maestro". Y lo digo en este caso no por la maestría por la que se ejecuta, si no por que ejerce de profesor, de ejemplo, de guía, para todas las películas posteriores. Sin duda, este es el caso de El Padrino, la obra cumbre de Francis Ford Coppola, considerada por muchos la mejor película de la historia y por casi todos una obra, indudablemente, maestra. Guión, personajes, producción, actores... nadie que encare una película sobre crimen organizado (o sobre familias, o incluso corporaciones empresariales), nadie que hable del poder y sus orígenes y consecuencia, puede dejar de lado la herencia y las enseñanzas que nos propone la historia de los Corleone.
Esto es así tanto en el cine occidental como el pujante cine asiático, cada vez más decidido a conquistar su -merecida por otra parte- cuota de mercado entre los espectadores de este lado del mundo. Y una muestra excelente, si no la mejor, la tenemos en New World, dirigida por Park Hoon-jung y protagonizada por Lee Jeong-jae, Choi Min-sik, Jeong-min Hwang, Gwang Jang, Ji-hyo Song y Seong-Woong Park. Es obvio que, aunque sean coreanos, todos estos nombres nos sonarán a chino. Pero haríamos bien en hacer un esfuerzo para tenerlos presentes, porque puede que dentro de no demasiado sean parte de nuestras mejores referencias cinematográficas.
Por lo demás, New World nos cuenta la historia de un infiltrado en una banda criminal que se debe enfrentar a la sucesión en su dirección. Dos hermanos, dos miradas diferentes del "negocio", se enfrentarán entonces, a la vez que la duda surgirá en el sentido de lealtad del policía. Yo estaría en el cine para saber cómo acaba esto. ¿Y tú?
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6