Un nuevo enemigo se alza contra Ehan Hunt (Tom Cruise). Un enemigo más poderoso, más secreto y más letal, llamado el Sindicato. Para enfrentarse a ellos, Hunt no puede contar con el FMI, disuelta y perseguida la agencia por el gobierno. Así que debe recurrir a su pequeño equipo, y a una agente de la que no sabrá nunca si fiarse por completo, Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), para enfrentarse a la misión de abortar un plan de atentados que amenazan el orden mundial. Será, como siempre, una misión imposible, y puede que... la última.
Hay que reconocerle al señor Cruise una cosa: que sigamos escuchando la pegadiza melodía de la saga y pensemos en acción a toda mecha, persecuciones imposibles, aparatos improbables y giros de guión donde nada es lo que parecía. Y que eso lo haya conseguido tras cuatro entregas, sin perder el crédito que suponía la serie televisiva original, tiene todo el mérito. Ethan Hunt se ha convertido, por méritos propios, en uno de los habitantes de ese escalón a tan sólo unos pasos del imbatible Bond. Y no solo mantiene alto el listón si no que, con esta quinta y trepidante entrega, amenaza con subirlo aún más. Y es que Misión Imposible: Nación Secreta mantiene todas las virtudes de las anteriores y muy poquitos de sus defectos. Es endiabladamente entretenida, el guión funciona como un reloj, los secundarios son excelentes, el villano es de los de alta gama...
En resumen, todos los ingredientes para pasar una de esas buenas tardes de verano de cine desde el comienzo de la melodía.
Título original: Mission: Impossible. Rogue Nation
Año: 2015
Duración: 131 min.
País: Estados Unidos
Director: Christopher McQuarrie
Guión: Christopher McQuarrie (Historia: Christopher McQuarrie, Drew Pearce; Personajes: Bruce Geller)
Música: Joe Kraemer
Fotografía: Robert Elswit
Reparto: Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Sean Harris, Alec Baldwin, Jeremy Renner, Paula Patton, Simon Pegg, Ving Rhames, Simon McBurney, Jingchu Zhang
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