Mathias (Kevin Kline), es un neoyorkino que cree haber encontrado la solución a sus problemas de dinero al heredar de su padre, a pesar de no haber tenido contacto con él en años, un lujoso apartamento en París. Utilizando todo el dinero que le queda, viaja a Francia para venderlo. Pero lo que a él le parecía una solución, se convierte en un problema al encontrar en el piso a quien vive allí, Mathilde (Maggie Smith) y su hija Chloé (Kristin Scott Thomas) y enterarse de que la ley francesa no le permitirá vender el piso hasta que Mathilde muera. Y ese sólo es el principio...
Segunda comedia dramática en poco tiempo que une en su argumento la ciudad de París y a una vieja dama interpretada por una excelente actriz. Si en Una dama en París la protagonista era Jean Moreau, en Mi casa en París es Maggie Smith quien toma las riendas de esta tragicomedia que parte de un inicio con mucho desenfado, sobre todo a cuenta de un genial Kline, y que poco a poco nos va mostrando las aristas del drama que envuelve al trío protagonista, excelentes en sus respectivas interpretaciones, dando fe de que no son precisamente debutantes en esto de expresar emociones.
Mi casa en París entrega más de lo que se le supone, emociona más de lo que parece en un principio, y a poco que la dejemos, nos parecerá una película de las que se quedan por dentro durante un tiempo.
Título original: My Old Lady
Año: 2014
Duración: 107 min.
País: Reino Unido
Director: Israel Horovitz
Guión: Israel Horovitz
Música: Mark Orton
Fotografía: Michel Amathieu
Reparto: Kevin Kline, Maggie Smith, Kristin Scott Thomas, Dominique Pinon, Michael Burstin, Elie Wajeman, Raphaële Moutier, Sophie Touitou, Christian Rauth, Delphine Lanson, Noémie Lvovsky, Stéphane De Groodt
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