Cine

Le Week-End

Le Week-end es de esas películas que hay que ver si lo que quiere uno es salir con una sonrisa del cine.

"Siempre nos quedará París", le dice Bogart a Ingrid Bergman cuando se despide de ella en el final de Casablanca. Y desde entonces, a todos nos queda París un poco, un sitio a donde volver, un París que puede ser un beso, una cena, una fin de semana, una sonrisa de esas que sólo se ven en tus ojos. Y cuando algo va gris, sacamos la frase, y cambiamos el París de Bogart por el nuestro.

Eso es, ni más ni menos, lo que les pasa a los protagonistas de Le Week-end, Nick y Meg, -Jim Broadbent y Lindsay Duncan-, una pareja de maduros profesores británicos. Que deciden utilizar lo que les queda para que su matrimonio, ya un poco cansado después de tantos años, salga hacia adelante. Y se van a París, el París de su luna de miel. Otra cosa es si la ciudad será la misma y si ellos pueden volver a serlo.

Tan sentimental como espinosa, tan llena del agridulce sabor de los finales como de la esperanza de los principios, Le Week-end es de esas películas que hay que ver si lo que quiere uno es salir con una sonrisa del cine sabiendo que la vida no suele ser lo que queremos, pero que aun así queremos vivirla como sepamos.

Salir de la versión móvil