Cine

La entrega (The Drop)

Cine negro con nombres propios

La cosa va de nombres propios. Veamos. Por un lado, Dennis Lehane, autor de novela negra cuyos títulos más destacados y conocidos son Mystic River y Shutter Island, con sendas (y buenas) adaptaciones cinematográficas a cargo de Clint Eastwood y Martin Scorsese respectivamente. Y autor también del guión de la película que nos ocupa, La Entrega, adaptado de un relato corto también suyo, que con ocasión del estreno de la película ha convertido también en novela. No es mal currículum ni, por tanto, comienzo. El segundo nombre propio es Michael R. Roskam, director belga que ya estuvo nominado al Oscar por su Bullhead, y del que La entrega supone su debut en el cine norteamericano, al que entra con buen pie.

Ambos, Roskam y Lehane, nos cuentan la historia de un camarero neoyorquino, Bob Saginowski (Tom Hardy) que se ve envuelto en una conspiración criminal a partir de una acción tan inocente como es rescatar un cachorro de la basura e intentar devolvérselo a su dueño. Ayuda el hecho de que el dueño en cuestión no esté demasiado equilibrado mentalmente y que el bar en el que trabaja nuestro protagonista sea parte de una red de blanqueo de dinero. A partir de estos no demasiado complicados mimbres, se nos ofrece una película del género negro donde la importancia la tienen los personajes y sus relaciones y, por tanto, los actores que los interpretan.

Y aquí llegamos a los tres nombres propios que cierran la relación: Tom Hardy, John Galdonfini y Noomi Rapace. Tom Hardy sigue en la entrega el alto nivel de la anterior película que hemos visto en la que aparece: la estupenda Locke. Aunque en La Entrega no es el único protagonista, su presencia constituye el hilo conductor y la base de la película, donde el resto de personajes se apoyan para aparecer, con muy especial atención al recientemente desaparecido  Galdonfini, en la que es su última aparición cinematográfica. Cine negro de nombres propios. No es mala elección.

Salir de la versión móvil