El problema del futuro es que va a venir si o sí. O que siempre está viniendo, lo quieras o no, estés preparado o no. Y además es que viene sin avisar, así, a lo bestia, como los cuñados. Y tú sin nada en la nevera o, lo que es peor, con un par de cervezas contadas que vas a tener que ofrecerle. Por ejemplo, en el caso de Natalia y Carlos, los protagonistas de Hermosa Juventud, el futuro viene con muy poco futuro, con muy poco dinero, con casi nada en la nevera. El futuro viene casi cachondeándose de ese adjetivo de "hermosa" que acompaña a juventud.
Hermosa juventud es la quinta película de Jaime Rosales, ganador del Goya a la mejor película y a la mejor dirección en la edición del año 2007 por La Soledad. Rosales nos ofrece una visión sobre la juventud en España, o al menos sobre un demasiado amplio sector de esa juventud. Una gente que se tiene que buscar las lentejas en el día a día, en la calle, que tiene que madurar a golpe de derrotas y que tiene que recurrir, por ejemplo, al porno amateur, como vía para poder seguir adelante. Para poder seguir siendo, al menos en parte, hermosa.
Película comprometida, actual, creíble, aunque esto último resulte descorazonador en ocasiones. Película para pensar y sentir, para hablar de futuros. De los que queremos para nosotros y de los que buscamos entre todos.
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