A mediados del siglo XIX (uno se siente pelín viejo cuando ya no puede escribir "a mediados del pasado siglo" hablando del décimonoveno), a no ser que uno fuera propietario de una máquina del tiempo, si tenías ganas de ver una serie de esas que te van atrapando semana a semana para ver que ocurre con el prota, tenías que acudir a los periódicos. Por ejemplo, al All the Year Round, que entre diciembre de 1860 y agosto de 1861 publicó la obra de Charles Dickens Grandes Esperanzas. Y cuando una novela como está se adapta a la pantalla o a las tablas de un teatro en más de 250 ocasiones, lo que tenemos delante es, sin duda, una gran historia.
Ahora nos llega una nueva revisión que añadir a esa larga lista. La dirige Mike Newell y la protagonizan Jeremy Irvine, Ralph Fiennes y Helena Bonham Carter. Cuando una historia es tan conocida y revisitada, suele pasar que no se atiende sólo al hilo de la historia, sino a los matices que la diferencian de las demás adaptaciones. Ya sabemos lo que va a pasar, y nos gusta la historia, así que lo que queremos es, dicho de alguna manera, es disfrutar con el estilo del cuentista. Y ese ya es un buen motivo para acudir a ver la película.
Claro que cabe la posibilidad de que no se conozca la novela o la historia que relata. Entonces no hay excusa. Grandes esperanzas es una de las mejores novelas, una de las grandes historias de Dickens, lo cual es casi como decir una de las más grandes de la historia de la literatura. Descubrir el porqué es causa de fuerza mayor para acercarnos al cine y simplemente, tener el placer de disfrutar de una gran, gran historia.
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