Cine

Érase una vez... Star Wars y unos cuantos universos de cine más

Segundas partes, trilogías, sagas... ahora todo eso ha quedado atrás. Lo que se lleva ahora son los universos de cine.

Puede que la cosa empezase cuando a aquel productor le pareciera una buena idea continuar aquella película con la que había ganado tanto dinero en taquilla, y seguir contando lo que le pasaba a aquellos personajes que habían gustado tanto. Era algo sencillo y con mucho menos esfuerzo que crear algo desde cero. Puede, pero en realidad la cosa viene muy, muy de lejos. Baste acercarse a Cervantes y su inmortal Quijote para comprender que las segundas partes existen desde que existen las buenas -y malas- historias.

Y Después de las segundas, claro, llegaron las terceras partes. Y las cuartas, y los tarzanes de Johnny Weismuller hasta en Nueva York, los Dráculas contra todo monstruo viviente, los viernes treces hasta en los lunes, los tiburones que ni las pescadillas en la pescadería del señor Luis. De las partes pasamos a las sagas, las trilogías, que queda mejor el nombrecito en el paquete de deuvedeses. Ahora andamos por los universos, que los tiempos adelantan que es una barbaridad y ya no nos bastan con continuaciones, y añadimos precuelas, secuelas, reboots, spin-off y los nombrecitos que sean menester para satisfacer el ansía de conocimiento friki del personal.

De nuevo, la idea no es nueva. De hecho, la Biblia, fuera de su significado religioso, no es más que un conjunto de títulos dispersos en el tiempo y en el espacio agrupados por su similar objetivo narrativo. No en vano, cuando alguien quiere explicar uno de estos universos imaginativos, suele acudir a titularlo La Biblia de... En su versión más moderna, fueron los chicos de la Marvel, la editorial de cómics, quienes lanzaron la idea de un universo coherente y relacionado donde moraban -y moran- sus chicos de capa, máscara y superpoderes. Sin olvidar, claro, el cosmos de fantasia heroica que se fabricó Tolkien para ubicar su Tierra Media o, desde las páginas de los pulp, la era hyborea de Robert E. Howard y su bárbaro Canan.

Precisamente ha sido Marvel quien ha terminado por dar la forma definitiva -y el pistoletazo de salida causado por el éxito- a la creación de vastos universos cinematográficos. Ellos están en cabeza, pero no son, ni mucho menos, los únicos en pretender que nos adentremos en vastos universos de ficción donde todo está relacionado. Adelante, tenemos todo un universo por conquistar... y otro, y otro...