Cine

Enemigo mío

Tesis sobre un Homicidio nos presenta un enfrentamiento entre dos mentes y un asesinato de por medio.

Nunca se puede alcanzar la victoria si no hay un enemigo a quien vencer. Y la victoria es más importante cuanto más difícil es este enemigo.  En cierto sentido, competir contra alguien nos hace mejores, tanto por el esfuerzo en superarle, como por la necesidad de respetar a ese contrario y las reglas del juego. Los grandes deportistas lo son, en buena parte, por la grandeza de sus oponentes. Y que decir de los grandes enfrentados en la historia del cine o la literatura. Detrás de todo gran hombre hay un gran enemigo. Sherlock, por ejemplo, no sería más que un inglés de tres al cuarto si se hubiera dedicado a resolver casos de robos de berenjenas por las calles de Londres y Moriarty no hubiera existido.

Tesis sobre un Homicidio nos presenta precisamente eso, un enfrentamiento entre dos mentes y un asesinato de por medio. Ricardo Darin y Alberto Ammann encarnan a dos abogados enzarzados en un enfrentamiento a raíz de un asesinato sin resolver. A partir de aquí, y como reza la frase publicitaria de la película, "Todo está en los detalles". Un interesante tira y afloja entre los dos personajes, enemigos pero a la vez necesitados el uno del otro para dar presencia y valor a sus argumentos. Como no hay mayordomo a la vista, no sabemos quien es el asesino, así que no nos queda otra que estar atentos a esos detalles.

Recomendable para los aficionados a resolver crímenes en sus ratos libres, emuladores de Poirot, Holmes o similares. No es necesario acudir con lupa y pipa al cine, pero si mantener los ojos -y oídos- muy abiertos. Que ustedes lo descubran bien.

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