Natalie Portman ha sido la última en incorporarse a la lista de mujeres que abandonan el papel de mujer resignada y escondida en los tiroteos para ser ellas las que los protagonizan. En La Venganza de Jane, la actriz norteamericana se mete en la piel de una esposa que debe enfrentarse a aquellos que ya mataron a su marido y que pretenden hacer lo mismo con ella. Ya sea por el vengativo motivo de Jane o por el que se las venga en gana, no son pocas las mujeres integrantes de esa lista de pistoleras que se buscan la vida en un mundo dominado por hombretones. Al fin y al cabo, para levantar un revolver y apuntar no se necesitan más que la mano y buena puntería.
Y por si alguien pensase que lo uno está reñido con lo otro, la belleza de estas mujeres pistoleras está a la altura de su peligro como profesionales del revolver. De los ojos de Joan Crawford a la exuberancia de Claudia Cardinale, pasando por la presencia singular de Barbara Stanwyck o el mirar de lado de Sharon Stone. Está claro que se puede ser femenina y poner la bala donde se pone el ojo (pintado, por supuesto). Hasta Doris Day, la mujer modelo por excelencia de las bondades del american way of life, se enfundó una de esas vestimentas con tiritas que puso de moda Buffalo Bill sin por ello perder la apariencia de quien es capaz de hornear una tarta de manzana y unas galletas para Halloween sin manchar la cocina ni perder el rizo perfecto de haber pasado por la peluquería hace cinco minutos.
Pensándolo bien, es posible que el Western sea el género cinematográfico más "igualitario", porque viendo a las integrantes de nuestras listas, lo de menos es su belleza o feminidad. Porque da toda la impresión de que si les viniera en gana, se bastarían solas para que no hubiera nadie más rápido que ellas en todo el territorio, al menos a esta orilla del Río Pecos.
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