Estrenada hace poco la excelente Mascotas, de nuevo nos damos cuenta de lo que nos gustan las películas con animales de compañía dentro. Casi tanto como tener a esos animales en nuestra casa. O lo mismo, porque lo que está claro es que los principales consumidores de ese género de películas son, precisamente, los que ya van enamorados de su mascota desde casa, y comparan lo que hace su adorado amigo con las travesuras, aventuras y desventuras del protagonista en la pantalla. Eso cuando no entras sin mascota del cine y sales convencido de que te vas a comprar una exactamente igual que la que acabas de ver. Si es que te llega el presupuesto y los permisos del resto de la familia, que hay que ver la cantidad de hamsters que se llaman Beethoven.
Y es que hay donde elegir. De ratones a caballos, de gatos a mulas, de pájaros a perros. Hay de todo en el cine de mascotas, como si en lugar del cine estuviéramos hablando del Arca de Noé. Saquemos pues, a pasear a los mejores amigos del hombre, también en el cine.
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