Tom Hardy ha sido el último en llegar al exclusivo club de los actores que se han fabricado un hermano como quien no quiere la cosa. Dos por el precio de uno, el sueño de todos los productores, un intérprete tan versátil como para interpretar a dos personajes en la misma película sin que al personal le cante demasiado aquello. A su vez, para el actor encargado, no deja de ser un reto aquello de cargar con el trabajo de hacer verídicos a ambos personajes a los ojos de los espectadores.
Lógicamente, la mayor parte de las historias donde coinciden dos personajes idénticos son aquellas protagonizadas por hermanos gemelos. Los gemelos son esa clase de hermanos con los que todos hemos fantaseado alguna vez con tener, siempre para cosas más o menos antirreglamentarias, como que fueran a nuestros exámenes, pudiéramos salir con dos chicas a la vez, nos cubrieran en nuestro trabajo, y esas cosillas. Es decir, que más que querer un gemelo, lo que queríamos era alguien que se comiera nuestros marrones sin que nos pasara nada, porque para querer a un hermano normal, ya está mi hermana Elena, que no se me parece ni falta que hace.
Además, en el cine, la cosa se pone peor, porque la historia suele ir de bueno y malo, o mejor dicho, buenísimo y malísimo (o malísima y buenísima), con lo que el asunto transcurre con el malo haciendo sufrir al bueno a base de cometer atrocidades sin cuento del tipo de robar, matar y cosas así, que van a parar directamente a la espalda del hermano comemarrones de turno, quien tiene la misma cara, sí, pero además tiene cara de tonto, para entendernos. Lo dicho, que me quedo con mis hermanas, pero os dejo esta lista de gemelos en el cine, para lo que queráis hacer con ella. Y si sois gemelos... para daros ideas, claro.
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