Cine

Dallas Buyers Club

Matthew McConaughey... Añadamos a ese nombre todos los premios posibles, todos los adjetivos posibles.

Matthew McConaughey, Matthew McConaughey, Matthew McConaughey... Añadamos a ese nombre todos los premios posibles, todos los adjetivos posibles: fantástico, extraordinario, portentoso. Sumemos en un escalón menor a Jared Leto. Eso es Dallas Buyers Club. Ese es su atractivo y su gran problema. Aunque parezca lo mismo, no es igual una historia contada con una gran actuación, que una gran actuación que cuenta una historia. En el primer caso, nos importará la historia, recordaremos sus detalles, lo que nos quiere contar, juzgaremos su importancia o trascendencia. En el segundo, nos importaran (sublimes o no) los trucos del actor, sus gestos, su caracterización, sus maneras. La historia será convertida en prueba de su genialidad.

Dallas Buyers Club es una interpretación magistral de Matthew McConaughey para contarnos la historia de Ron Woodroof, un cowboy tejano al que pronostican un mes de vida después de diagnosticarle SIDA en los años 80, y su lucha desde entonces por hacerse con medicamentos experimentales (como el AZT) que le ayuden a superar la enfermedad, al mismo tiempo que los consigue para otros, creando el Club de compradores de Dallas cuyo nombre en inglés da título a la película. Una historia basada en hechos reales que ya se había intentado llevar al cine en al menos 3 ocasiones anteriores, dado su potencial.

Dicho todo lo anterior, Dallas Buyers Club es una buena película, más que merecedora de una visita al cine, pero demasiado deudora de su protagonista principal. Nos querían contar la historia de Woodroof, pero todo el mundo se terminará acordando de McConaughey.

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