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Cuando F. Scott Fitzgerald público en 1925 la novela El Gran Gatsby, apenas se vendieron 20.000 ejemplares...

Cuando F. Scott Fitzgerald público en 1925 la novela El Gran Gatsby, apenas se vendieron 20.000 ejemplares, recibiendo críticas digamos que no muy positivas. Sin embargo, al año siguiente ya tenía una primera adaptación cinematográfica, de la que no quedan sino imágenes aisladas. Durante la II Guerra Mundial, la novela resurgió para convertirse en una de las obras fundamentales de la literatura norteamericana. Tuvo una segunda versión en las pantallas en 1949, con Alan Ladd como protagonista, que nadie recuerda salvo los muy cinéfilos, para llegar en 1974 a la hasta ahora "definitiva" versión, donde los ahora legendarios Robert Redford y Mia Farrow encarnaban a los protagonistas.

Esa versión, de indudable éxito popular, fue zarandeada por los críticos, aunque de poco sirviera, ya que se ha convertido en una de esas películas que casi todo el mundo conoce, incluso sin verla, recibiendo ahora, más de 30 años después, bastante más reconocimiento que entonces.

Ahora llega Baz Luhrmann y nos trae una nueva versión de la obra del Tito Scott y la historia se repite: la mayoría de la crítica la pone a parir, esgrimiendo entre otros argumentos el poco respeto al "espíritu" de la novela. Dejando aparte el hecho de que dudo bastante de que se la hayan leído, la cosa es para mí bastante más sencilla. Si te gustó Moulin Rouge, ves al cine. Si te gusta DiCaprio, y no sólo por su aspecto, sino como uno de los intérpretes ya más curtidos y establecidos del panorama actual, ves al cine. Si te leíste la novela, ves al cine. Lo demás sobra, y no son más que intentos de darse importancia de quien entra a la sala con una intención tan diferente de lo que es normal -disfrutar- como la de criticar, mucho más en los casos en los que la película huele a éxito.

Con los años, siempre podrás decir que a ti ya te había gustado El Gran Gatsby cuando la vistes, antes de que todos los críticos de dentro de 15 años renieguen de los de ahora, como llevan haciendo con Fitzgerald, su novela y las películas desde 1925.

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