Cine

Cine para comenzar septiembre: Barry Seal: el traficante, La niebla y la doncella y Los casos de Victoria

Cine de aventuras con trasfondo con Barry Seal: El traficante, cine negro de nuestra cosecha y comedia francesa de líos y desajustes. ¿Hace un cine?

En cierto modo, Pablo Escobar consiguió lo que quería, traspasar los límites del espacio y el tiempo para que todo el mundo le conociera. Es más que posible que -lamentablemente- sea el colombiano más conocido de toda la historia, por delante incluso de un genio literario como García Márquez, ganador del Nóbel. Y es que si Escobar hizo algo positivo en esta vida, fue dejar una historia detrás de él digna de ser contada, por ejemplo, por el mismo Gabo. Una historia que da hasta para spin-offs como Barry Seal: El traficante.

Barry Seal no era sino una pieza más del inmenso engranaje de la máquina del caos en la que se terminó convirtiendo el universo del narcotráfico en los años 80, un auténtico, real y letal Juego de Tronos en el que hacían su fortuna aventureros de todo pelaje como el mismo Barry Seal, cuya historia sirve perfectamente de hilo conductor de la cronología de aquellos tiempos y sus protagonistas: los cárteles de la droga, la DEA, la CIA, el gobierno colombiano, su equivalente norteamericano... En la película de Tom Cruise están todos y todos son, y Barry Seal se mueve como pez... bueno, mejor como ave en el aire por entre sus recovecos. Es un oportunista, y la película, una oportunidad para mirar la historia desde sus ojos, lo que incluye no juzgar demasiado su moral en todo aquello.

Más oscura que la sonrisa de Cruise el contrabandista se presenta la historia de La niebla y la doncella, película española que adapta la obra homónima del escritor Lorenzo Silva que relata un caso de la serie de los agentes de la Guardia Civil Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro. Cine negro español al que con toda seguridad se le juzgará más por la nacionalidad que por el género cinematográfico al que pertenece. Adaptación meritoria de una interesante novela. Hay pocas obras americanas que puedan decir lo mismo. Los prejuicios, a la entrada del cine, por favor.

Para desengrasar de tanto crimen, o para defendernos de él, no se nos ocurre nada mejor que acudir a la protagonista de Los casos de Victoria, una abogada digamos con bastantes problemas para conciliar vida profesional y privada y a la que se le acumulan situaciones complicadas con la misma facilidad que los kilos en la cintura a partir de los cuarenta a casi todo hijo de vecino. Comedia francesa de las de reír con ganas, estilo y éxito de taquilla que tanto de menos echamos en nuestro cine.

Y hablando de eso... ¿Hace un cine?

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