El protagonista de John Wick: Pacto de sangre, Keanu Reeves, es uno de esos actores a los que de repente se les pierde la pista, alborotado entre producciones que van bajando el listón de la calidad y que ni siquiera se terminan estrenando fuera de Estados Unidos, seguidas tan sólo por un puñado de incondicionales del rostro particularmente inexpresivo del actor que se hizo un lugar en las alturas con la trilogía de Matrix.
Y la verdad es que todo parece indicar que la segunda parte de una cinta de acción protagonizada por alguien que ya está claramente en el declinar de su carrera no es precisamente una apuesta clara para visitar. Y sin embargo, de la misma manera que su primera parte, John Wick: Pacto de sangre es una atractiva cinta de acción con pinceladas de cine negro, donde Keanu Reeves se erige en una especie de Samurai con el que encaja estupendamente. Entretiene, y mucho, así que bienvenido de nuevo Sr. Reeves.
Mucha menos acción pero mucha historia -de la buena de la que pasó de verdad- tiene Stefan Zweig: Adiós a Europa, la narración de los años que se vio obligado a pasar en el exilio el pensador austriaco Stefan Zweig, una de las personalidades europeas más fascinantes de la primera mitad del siglo XX, con especial acento en lo de "europeas". Película tan interesante -y comprensible- como interesante nos parezca el personaje y sus circunstancias históricas. Abstenerse quienes busquen sorprenderse sin conocer de algo a Zweig.
A medio camino entre la historia real y la ficción se encuentre la eslovaca La profesora, una de esas películas que acumula en su cartel logotipos resultado de su paso por diferentes festivales de cine y el consecuente premio recibido. La parte histórica se remite a la revisión del pasado comunista de Eslovaquia cuando tenia un checo delante y corrían los 80 en los calendarios y las corruptelas y amiguismos en el régimen totalitario que gobernaba por aquel entonces, mientras que la ficción nos traslada al campo de batalla más de andar por casa del enfrentamiento entre la profesora y los padres de los alumnos no demasiado contentos con sus peculiares métodos "pedagógicos".
Y ahora que ya tienes tres opciones... ¿Hace un cine?