Hay películas raras de cojones. Esto es así. O de ovarios, que en esto de las rarezas dai gual que nos da lo mismo el género que usemos en la frase. Sin duda alguna, Madre!, lo último del director Darren Aronofsky va a entrar directamente en esa categoría con toda seguridad. Y a raíz de ello, también en la de películas con amores y odios extremos sin grises de por medio. Irresistible, ambiciosa, cruenta, anárquica, agobiante, disparatada, sin sentido del ridículo... esas son algunas apreciaciones dedicadas por parte de la crítica a la película protagonizada por Jennifer Lawrence y Javier Bardem. Allá cada uno, aunque avisados quedan.
Menos polémica, al menos en un principio, aparece La cordillera, un thriller político inusual por aquello de no desarrollarse en un ambiente anglosajón o europeo, lo que no deja de ser refrescante. Al frente del reparto un Ricardo Darín que es todo un seguro de calidad representando a un presidente argentino que debe hacer frente a una cumbre latinoamericana que promete ser todo menos tranquila. Cine argentino con ganas de conquistar el mercado internacional.
También poco habitual, por no decir toda una sorpresa, una película musical española como La llamada, comedia alocada a la vez que musical, adaptación libre de la obra del mismo título que lleva triunfando unos años sobre los escenarios españoles. Cine sin complejos y sin ninguna sombra de seriedad, un gozoso espectáculo del que podrían aprender algunos para impulsar un género que pide a gritos más marcha y más directores con ganas.
Polémica, política y música. Madre! La cordillera y La llamada. ¿Hace un cine?