No es mala manera de comenzar el año, sobre todo si nos referimos a lo cinematográfico, que con una película del maestro Scorsese. Silencio nos lleva lejos en el tiempo y lejos en la distancia, al Japón feudal de la segunda mitad del siglo XVII, donde dos sacerdotes jesuitas portugueses buscan a un tercero, su mentor. Religión, violencia y vida, fe y poder de la mano de Scorsese. Poco más se puede decir. También en tierras asiáticas se desarrolla Train to Busan, aunque es este caso su temática esté bastante alejada de lo religioso y más cercana a la supervivencia en pleno ataque zombie. Por lo visto en Corea del Sur ha batido récords, habrá que comprobar porqué. De vuelta del Lejano Oriente nos encontramos con Contratiempo. un thriller de casa que se apunta a la saludable lista de títulos que van sumando calidad en un género que hasta hace poco carecía de ella y de cantidad en nuestra filmografía.