Cine

Cine para despedir junio: Colossal, Verano 1993 y En este rincón del mundo

Una de aquellos monstruos con sus locas ¿dueñas?, Colossal, y dos joyitas de ese cine que quiere hacerte sentir pero no llorar, aunque lo termines haciendo.

Un monstruo colosal aparece en la ciudad de Seul al mismo tiempo que una perdedora de manual con el rostro de Anne Hathaway vuelve a sus orígenes con su vida hecha una mierda. De la relación entre esos dos sucesos tan diferentes en fondo forma y cervezas necesarias para afrontarlos, saca Nacho Vigalondo Colossal, una película tan alocada como pueda suponerse de cualquier explicación que se nos ocurra a cualquiera para solucionar tal enigma.

Sólo que Vigalondo es director de cine y está como una moto, y no necesariamente en ese orden, y la solución nos la presenta en forma de película con Anne Hathaway de prota, y presupuesto y efectos especiales de los de Iunaited Esteits, usados con bastante más coherencia que la exhibida en el guión, dicho esto con toda la intención de ser una alabanza. Colossal es una propuesta tan original como divertida en una mezcla de géneros especial.

De colosal, como el título de la película de Vigalondo, se puede definir el éxito -de momento entre la crítica- del debut de Carla Simón como directora, Verano 1993, una sencilla y conmovedora historia sobre la infancia que desgrana sentimientos como quien juega con un papel mientras mira al mar. Conmovedora, ha conquistado un galardón tan complicado como Mejor opera prima del Festival de Berlín, y a poco que se cumplan las expectativas, estaremos ante una candidata a competir en los próximos Goya. De esas películas que te llegan adentro sin saber cómo pero sabiendo el porqué aunque no se lo digas a nadie.

En el mismo registro de intimidad de los sentimientos se encuentra En este lugar del mundo, aunque en este caso la historia sea la de una familia japonesa enfrentada al drama de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, y se trate de una película de animación. Pero comparte con la española ese acercamiento sencillo pero profundo a los sentimientos a través de lo cotidiano, sin aprovecharse de lo más lacrimógeno de las situaciones.

Sentimientos a flor de piel y alocados monstruos ¿Hace un cine?