Cine

Cine por si no hay fiestas: Verónica, El otro guardaespaldas y En lugar del Sr. Stein

Habrá que elegir entre el terror nacional de Verónica o las sonrisas norteamericanas o francesas. En todo caso... ¿Hace un cine?

No estaría de más afirmar que la verdadera mejor historia de terror del cine español es el cine español, o más bien hacer cine en España. Faltos de una industria como tal, todo se hace a saltos, trampas y picarescas varias, de manera que cada película se debería aplaudir como si se hubiera terminado de construir El Escorial. Y si ya hablamos de cine de género, como el caso del terror de Verónica, de Paco Plaza, por partida doble.

Verónica es una película de terror que parte de una premisa cien veces utilizada, como es el tocar la puñetera Ouija por parte de un grupito de adolescentes. A partir de ahí, sin embargo, Paco Plaza sabe construir un universo propio que funciona y que, sobre todo, asusta, que al fin y al cabo es a lo que vamos en una cinta de este tipo. Cine de terror para que no sea el aire acondicionado de los cines lo único que nos produzca escalofríos.

El otro guardaespaldas también es una película de género, aunque en este caso menos sorprendente por norteamericana y por el mismo género, el de las buddy movies o "películas de compañeros", en este caso Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson. La historia cumple con todas las características que se le suponen al arquetipo, tales como acción, comedia, explosiones y mala/buena relación entre los protagonistas. O sea, que sabremos perfectamente qué película vamos a ver, con lo que es difícil que nos pueda defraudar. Cine de verano en la mejor de sus acepciones.

La tercera de nuestras recomendaciones para esta semana no es la excepción en cuanto a pertenecer a un género bien definido. En lugar del Sr. Stein es una comedia romántica de las de toda la vida. Un poco de enredo por aquí, un poco de amor por allá, un poco de situaciones divertidas comprometiendo a los personajes y sus circunstancias... Una amable mezcla de cine de anciano huraño con buen corazón y un modernizado Cyrano de Bergerac, que le pega mucho siendo francesa.

Habrá que elegir entre el terror nacional de Verónica o las sonrisas norteamericanas o francesas. En todo caso... ¿Hace un cine?