En la era de Internet y la globalización, parece que el cine se deja llevar por dos corrientes. Una, la de las grandes producciones de efectos especiales y espectáculo visual asegurado, casi siempre ahora adaptadas de cómics, con un presupuesto grandioso y campañas de marketing casi tan atronadoras como su banda sonora. Y por otro lado, las producciones pequeñas, independientes o casi, que suelen hablar de la vida cotidiana, de los pequeños o grandes problemas a los que nos enfrentamos en el día a día. En medio de ambas, las series de TV, que viven una auténtica edad de oro, liberadas por las redes sociales y su distribución fuera de horarios, ocupan el resto del espectro de lo audiovisual que nos llega y nos seduce.
Chef, desde luego, no pertenece al primer grupo. No es una película de gran presupuesto, ni nos habla de tipos con superpoderes, ni contiene efectos especiales. El Chef al que se refiere el título es Carl (John Favreau), que se queda sin trabajo despedido por un jefe que tiene mucha mala leche y cara de Dustin Hoffman. Y decide recomenzar su vida cocinando junto a su exmujer (Sofía Vergara) y un amigo (John Leguizamo) en un camión ambulante, ese tipo de establecimiento que no tenemos en España, donde lo más cercano que existe son los puestos de churros o los de feria. Lo que intenta nuestro chef es recomponer, claro, tanto su creatividad culinaria como su vida personal.
Chef es una película agradable de ver, sin más pretensiones que las de hacer pasar un rato entretenido. Casi, casi, como si fuera una comida en la que todos nos sentamos con los amigos y hablamos de lo humano y lo divino, mientras degustamos las especialidades que nos va presentando nuestro chef particular. Así que lo único que queda por decir es: ¡Que aproveche!
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