Cine

Blue Jasmine

Antidepresivos y recuerdos de una vida mejor para una crisis existencial de esas de las que no sales de cualquier manera. Puro Allen.

Como la Lotería de Navidad, Eurovisión, el final de la liga... y tantas otras cosas, todos los años vuelve Woody Allen. Todos los años se marca su película, satisface a sus incondicionales y se pone con la siguiente. Como un reloj, oiga.

Hay gente que piensa que ese ritmo de producción hace que sus películas ya no sean lo mismo, o que incluso son siempre lo mismo. Pero me da que el amigo Allen no hace mucho caso a nadie, y hace lo que le sale del clarinete, que para eso aprendió a tocarlo. Este año le toca el turno a Blue Jasmine, donde el director neoyorquino nos presenta a una mujer a la que la fortuna -y nunca mejor dicho- le ha dado la espalda y ha perdido hasta la casa, teniendo que viajar desde el glamour y la riqueza que tenía en Nueva York, hasta un pequeño  apartamento que su hermana comparte con el novio en San Francisco.

Antidepresivos y recuerdos de una vida mejor para una crisis existencial de esas de las que no sales de cualquier manera. Puro Allen. En esta ocasión es Cate Blanchett la que se marca un estupendo trabajo interpretativo en la línea de las mejores actrices que nuestro amigo busca para que se luzcan en sus trabajos. Por lo que dicen, carne de Oscar.

Y un punto más para que este fin de semana cumplamos puntualmente con el ritual de ver la de Woody Allen de este año.

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