Cada vez es más difícil que el cine norteamericano, sobre todo el del género de ciencia-ficción, nos sorprenda con alguna propuesta interesante... salvo que acuda a la fuente inagotable del cómic. Si en los años dorados de Hollywood, los escritores y los argumentos de las revistas de relatos, con Hammett y su Novela Negra a la cabeza, fueron uno de los recursos a los que acudió la fábrica de sueños para llegar al gran público, es ahora el cómic, ya sea el clásico de superhéroes como los de Marvel (Los Vengadores, Spiderman, X-Men) y DC (Batman, Superman) o, como en el caso que nos ocupa, Al filo del mañana, el manga japones.
Al filo de la mañana, la nueva película que nos trae a un últimamente hiperactivo Tom Cruise, con la dirección de Doug Liman, es la adaptación del manga de Hiroshi Sakurazaka, Una mezcla bien aliñada de Atrapado en el tiempo, Alien y Matrix, de acción desenfrenada y efectos especiales al gusto. La cosa va de que la tierra se defiende de unos invasores aparentemente invencibles, y una pareja de soldados (Cruise y Emily Blunt) van mejorando sus habilidades para luchar contra ellos mediante la curiosa rutina de entrar en un bucle temporal, muriendo una y otra vez (eso tiene que doler, oiga), pero renaciendo en cada una de esas ocasiones con mejores posibilidades para intentar que los aliens sean menos aparentes y, sobre todo, menos invencibles. El día de la marmota 2.0, digámoslo así.
Curiosamente, a pesar de la mezcla de conceptos, que puede resultar un poco extraña al principio, la película funciona estupendamente bien como entretenimiento, que tampoco es que sea una cinta de arte y ensayo, ni nadie va a entrar a verla pretendiendo más que pura diversión. Así que... palomitas, refresco y a disfrutar del cine.
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