La Guerra de las Galaxias lleva tanto tiempo entre nosotros, desde aquel 1977, que su famosa entradilla “Hace mucho tiempo en una Galaxia muy, muy lejana” empieza a tener sentido para referirse a los orígenes de la saga de ciencia ficción más famosa de la historia. Casi 40 años desde que la fanfarria de John Williams comenzase a sonar en los cines de todo el mundo, y desde que los que la vimos en su día apuntamos por primera vez el deseo de luchar con un fluorescente de colores encendido en nuestras manos.
En cuanto a lo de la Galaxia lejana, no sabemos a ciencia cierta su situación con respecto a la nuestra, pero del resto de sus características bien se ha encargado George Lucas de tenernos informados en términos casi enciclopédicos. Porque una de las claves del éxito de Star Wars es, precisamente, su ubicación en un complicado y gran universo ficticio pero extraordinariamente documentado, en donde es posible, por ejemplo, buscar las especificaciones del fabricante para los cazas X-Wing, o toda la línea genealógica de cualquier personaje secundario. La motivación para tal cantidad de minuciosa información no es ora que la de alimentar a las incontables multitudes de fans acérrimos de la serie, tan admiradores de ella como para empezar el día levantándose al son de la marcha imperial que surge de un despertador con la forma de la Estrella de la Muerte, tomarse después unas tostadas preparadas en una cabeza de Darth Vader, dejar transcurrir el día mirando la hora en un reloj donde las manecillas son dos espadas lasers, para terminar la jornada preparando algo de picar en la cocina cortando alimentos sobre una tabla de madera con la forma de El Halcón Milenario. Esos tipos son los que se saben de memoria cada uno de los nombres de personajes, lugares, acontecimientos y secretos de cada episodio de la Guerra de las Galaxias, y los que constituyen la base del éxito y propagación de La Fuerza entre nosotros.
Pero digamos que en esa Galaxia tan lejana, a su vez, también debería existir el cine, o algo muy parecido, aunque fuera proyectado en forma de hologramas por robots cabezudos. Y por supuesto, películas tan conocidas y populares como La Guerra de las Galaxias lo es en nuestro planeta. Películas de aventuras con protagonistas arriesgándose para salvar a la heroína de turno, escapar de prisiones de malvados tiranos. O de Gángsters, o de piratas, o musicales. Érase una vez, en una galaxia muy lejana...
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Lo que el viento se llevó
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6
Pulp Fiction
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El Padrino. Parte II.
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8
Breaking Bad
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La Gran Evasión
