Hay directores de cine de muchos estilos, aptitudes y grandeza tras las cámaras. Hay grandes directores, como Ford, Hitchcock o Wilder, de los que recordamos sin demasiada dificultad un buen puñado de películas de cada uno de ellos. Y luego está la gente como Mike Nichols, fallecido el jueves a los 83 años de edad, y del que sobre todo y casi todos, seguro que recordaremos por un título, la deliciosa y amarga El Graduado, de 1967, con Ann Bancroft, Katharine Ross y Dustin Hoffman, y esa maravillosa banda sonora de Simon & Garfunkel.
Lo curioso del caso es que Nichols no es únicamente el autor de ese filme, si no también de otro buen puñado de títulos que, si bien es posible que no alcancen la altura de su obra cumbre, si que son muestras de un cine honesto y profesional, de una búsqueda de las salidas (tantas veces imposibles) de los laberintos del amor y el deseo. Pero esas películas no suelen asociarse con su mirada tras las cámaras. Closer es una película de Natalie Portman; Armas de mujer, de Melanie Griffith; ¿Quién teme a Virginia Wolf? de Elizabeth Taylor; Silkwood de Meryl Streep... y así con la mayoría de sus obras. Lo que indica esto no es que Nichols fuera un mal director o un simple funcionario, si no que "entregaba" la película a sus actores, les daba libertad y sitio para que se movieran y se hicieran dueños de la película. Y eso no es fácil.
Era también Nichols un hombre de Broadway, donde cosechó no pocos éxitos de público y de crítica. Y donde comenzó todo, pues fue Nueva York su punto de entrada en los Estados Unidos en 1939, donde llegó su familia tras huir de un Berlín donde asomaba ya la sombra del nazismo y que le había visto nacer en 1931. Alllí fue donde empezó su carrera y allí ha sido donde ha querido irse este hombre de cuya versatilidad lo dice todo el hecho de pertenecer al selecto grupo de personas que podían presumir de tener un grammy, un emmy, un oscar y un tommy en su estantería.
Dispongámonos pues a buscar en nuestros viejos discos o en nuestro moderno archivo digital unas cuantas canciones de Simon & Garfunkel, para escucharlas mientras visitamos unas cuantas películas de Mike Nichols, que si bien hacia que la películas pertenecieran a los actores, se guardó para él su mejor obra, porque siempre será para nosotros el director de El Graduado.
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