Cleopatra nació en Londres, Moisés en Illinois, Maria Antonieta en New Jersey y Dulcinea, la amada de Don Quijote… en Roma. El cine, sobre todo el que proviene de Hollywood, no se caracteriza por el rigor geográfico a la hora de buscar intérpretes para encarnar a personajes de otras procedencias distintas a las anglosajonas. Parece bastante improbable que el invencible Aquiles tuviera los rasgos de Brad Pitt, o que la londinense (hija de norteamericanos) Elizabeth Taylor compartiera belleza y ojos violeta con Cleopatra, por mucho que nos pese. El de Illinois era, claro, Charlton Heston, que al fin y al cabo será la imagen que a la mayoría nos venga a la cabeza al pensar en el personaje bíblico. En cuanto a Dulcinea, “nuestra” Dulcinea, para la mayoría del mundo, tendrá el rostro de la muy “castellana” Sophia Loren.
Hablando de Dulcinea, y de personajes españoles, los americanos empezaron haciéndose los suecos, con Greta Garbo metiéndose en la piel de una valenciana Entre naranjos, su primer trabajo americano en una adaptación del por entonces mundialmente famoso Vicente Blasco Ibañez. Con los años tampoco es que mejorara mucho la puntería, aunque se les puede apuntar en la columna del haber utilizar a Rita Hayworth para Los amores de Carmen, que al fin y al cabo era de padre sevillano. Pero el hecho es que cada vez que un personaje femenino importante de una película norteamericana ha sido español (que tampoco es que se hayan estirado demasiado, los jodios) han sido actrices de otros lares quienes las han interpretado, en algunas ocasiones con resultados abiertamente estrafalarios.
De Greta Garbo a Sigourney Weaver, de Doña Jimena a Isabel la Católica, demos un paseo por las actrices que encarnaron a personajes españoles en el cine de procedencia norteamericana. O cómo hacerse la sueca haciendo de española.
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