Sacar la escultura española de la manida estética clásica para convertirla en un arte moderno ha sido tal vez el gran reto de los artistas vinculados a esta disciplina durante el último siglo. En efecto, al abrigo del espíritu rupturista de las vanguardias de los primeros años del siglo XX, la escultura en general vive una auténtica revolución —algo más lenta en España— que puso fin a la etapa de ostracismo que había condenado este arte a representar un papel secundario.
La consolidación de relaciones entre dibujo y escultura, el abandono de principios tradicionales como el volumen, la pérdida paulatina de la condición figurativa del objeto o el empleo de materiales (corcho, aluminio, latón) hasta entonces inéditos, marcan el inicio de un nuevo periodo impulsado por la fractura estética vanguardista. A partir de entonces, con Francisco Durrio, Picasso y Julio González a la cabeza, la escultura experimenta un renacimiento extraordinario que pasa por la abstracción, el surrealismo, el uso de elementos arquitectónicos o la incorporación del movimiento hasta alcanzar la cima con figuras de la talla de Tàpies, Martín Chirino, Chillida, Antonio López.
Hoy, el lirismo del metal y los juegos de luces y sombras de Blanca Muñoz o David Rodríguez Caballero, los espacios y contrastes de Cristina Iglesias o el lenguaje “articulado” de Manolo Valdés coronan un periodo de esplendor que tal vez no ha hecho más que empezar.
Marlborough Madrid presenta la exposición Escultura española. Siglos XX-XXI —comisariada por Kosme de Barañano— que pone de manifiesto la profunda evolución que, a lo largo del siglo XX-XXI, experimenta nuestra escultura pasando por los hitos de la conversión del clasicismo a la modernidad.
De Francisco Durrio —el gran olvidado, maestro de un joven Picasso recién llegado de París y que sirve de enlace con el siglo anterior— a Blanca Muñoz, la muestra repasa de forma cronológica la historia reciente de esta disciplina a través de la obra de unos veinticuatro artistas de sólido prestigio internacional. De manera extraordinaria se reúnen dos piezas clave de la escultura española: el “Picador” de José de Creeft (donde con material de desecho se anticipa a Picasso), cedida para la exposición por la Fundación Joan Miró Barcelona y “El Profeta” de Gargallo, cedida por la sucesión Gargallo, donde se genera el volumen a partir del hueco.
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Escultura Española. Siglos XX - XXI
Galería Marlborough. Madrid
Fechas: Del 19 de febrero de 2015 hasta el 21 de marzo de 2015
Comisariada por Kosme de Barañano
Galería de imágenes
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Vinyes, Ramón: Salto III 2006 madera de teka escultura: 50,5 x 54,5 x 89 cm peana acero cortén: 60 x 40 x 130 cm © Ramón Vinyes. VEGAP, Madrid, 2015
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2
Valdés, Manolo: Helechos 2013 alabastro y acero cortén 49 x 24,5 x 78 cm © Manolo Valdés. VEGAP, Madrid, 2015
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3
Palazuelo, Pablo: Toltec V 1987 acero bruñido 93 x 50 x 50 cm © Pablo Palazuelo, VEGAP, Madrid, 2015
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4
Muñoz, Juan: Blotter figure with shutter III 1999 resina de poliéster 155 x 62 x 56 cm (figura) 254 x 131 x 4 cm (persiana)
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5
Leiro, Francisco: Lázaro 11 2014 maderas de pino marítimo y xatova 65 x 60 x 18 cm
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6
Rodríguez Caballero, David: 04.noviembre.2014 2014 latón sobre peana patinada 87 x 53 x 47 cm
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Chirino, Martín: El Viento. El Alisio VII 2005 hierro forjado 113 x 80 x 110,5 cm
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8
López García, Antonio: Figura de mujer. Eva 2010 cera blanca y escayola 67 x 53 x 25 cm
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9
Alfaro, Andreu: Filferro I Llauna III 1958 alambre y hojalata 55 x 48 x 37 cm © Andreu Alfaro, VEGAP, Madrid, 2015