Sin título, © Chema Madoz (2020). Cortesía Galería Elvira González
Arte

Un inédito Chema Madoz en la galería Elvira González

El próximo mes de abril, la galería Elvira González inaugurará una nueva exposición dedicada a la obra reciente de Chema Madoz.

Dicen que Chema Madoz fotografía metáforas. Que su mirada de poeta transforma los objetos cotidianos, sencillos, incluso los más comunes en emociones veladas, en elementos oníricos como sacados de un relato de Borges o de una pintura de Morandi. Ante muchas de las instantáneas del fotógrafo madrileño a veces uno tiene la sensación de estar contemplando el silencio.

Chema Madoz (Madrid, 1958) lleva cuatro décadas desarrollando un lenguaje propio, fabricando con su manos la manera de transmitir la idea original previa a la fotografía. Desde sus inicios en los años ochenta ha buscado el simbolismo de las cosas comunes, despojando al objeto de todo lo superfluo, desnudándolo hasta llegar a su aura. Piensa la fotografía como medio no como fin. Tal vez por ello su trabajo tiene una apariencia sencilla, pura, austera. Sin embargo todo está medido: el encuadre, la simetría, la precisión casi obsesiva. No hay nada accesorio ni fortuito en esas composiciones perfectas que, paradójicamente, son fruto de su particular juego visual.

En la evolución de su obra apenas se perciben exabruptos estéticos, pues en el universo Madoz todo fluye con la misma sutileza que las aguas tranquilas. No obstante, su mirada inicial sobre escenarios exteriores y personas se va posando paulatinamente en el objeto. También la escena se traslada al interior de su estudio. Y lo hace de forma consciente cuando decide, en un momento puntual, dejar de salir con la cámara a buscar las imágenes para construirlas él.

A partir de entonces su objetivo, siempre analógico y siempre de 50 mm, se dedica en exclusiva a la idea, a la descontextualización del objeto para otorgarle un nuevo significado e implicar —más aún— al espectador en su imaginario poético.

La galería Elvira González presentará el próximo mes de abril la tercera exposición individual de Chema Madoz dedicada a su obra reciente. Las fotografías escogidas, algunas de ellas inéditas, revelan un nuevo simbolismo vinculado al paso del tiempo que se suma al ya característico lenguaje visual del artista.

Manteniendo la tradición, ninguna de las fotografías de la muestra lleva título. Y es que Madoz considera cada imagen debe hablar al espectador en su propio lenguaje interno. Titularlas sería como indicar el camino, el idioma del autor, cercenando la imaginación de quien las contempla.

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