René Daniëls -Eindhoven, Países Bajos, 1950- estudió arte, y durante 11 once años –en 1987 sufrió un derrame cerebral- desarrolló una fructífera carrera logrando muy rápidamente el reconocimiento mundial. Al principio, vemos en sus cuadros toda una serie de signos venidos de la música punk, new wave y no wave del momento, así como otros posteriores que resultaron ser muy recurrentes –como las pajaritas-. Todos adquieren significados distintos para cada obra.
Entre monopatines y tocadiscos, pompas de jabón, arenques y pajaritas -muchas pajaritas-, René Daniëls supo inyectar una buena dosis de humor e ironía a la estabilizada y formalista estructura artística de la década de los años 80 del pasado siglo. Su obra rompe con el neoexpresionismo del momento cuestionando toda la cadena del proceso: cuál es el papel del artista, las escuelas de arte, los museos y el propio mercado artístico. Y no se puede entender sin su continente y contenido, sin su título y el propio espectador que, a veces, termina la obra –porque todo está pensado por Daniëls para su performance. La ambigüedad latente y los dobles sentidos recuerdan especialmente a Francis Picabia, René Magritte, Marcel Duchamp y Marcel Broodthaers.
El Palacio de Velázquez acoge la retrospectiva “René Daniëls. An exhibition is also part of a greater whole”, organizada por el Museo Reina Sofía y el Van Abbemuseum Eindhoven. Una extensa muestra formada por pinturas, obra gráfica, cartografías, y diagramas arbóreos, además de otros materiales y documentos -cuadernos, bocetos, notas- procedentes del archivo del artista. La exposición –en la que se muestran una serie de películas de súper 8 realizadas por René- es la visión del artista del contexto cultural y artístico del momento.
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Tras 20 años retirado, René Daniëls ha vuelto a pintar. Para esta exposición ha hecho un mural, -un adelanto de lo queda por mostrar-.
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