La estabilidad frente a la mutación incontrolada. La resistencia frente a la fugacidad de las tendencias. La reivindicación de la arquitectura como cultura y forma específica de conocimiento. Así se podría resumir la trayectoria profesional de Rafael Moneo. El primer arquitecto español galardonado con el Pritzker (1996) concibe la historia de la arquitectura como un valioso legado para entender la disciplina y, a partir de los postulados clásicos, aprender a proyectar de una manera integral.
De ahí que el estilo de Moneo sea prácticamente indefinible. Él apunta como elementos propios de su lenguaje artístico las geometrías, la calidez, la definición de espacios y volúmenes de acuerdo con el entorno. Pero lo cierto es que sus edificios beben de todas las fuentes arquitectónicas de la historia. Desde las tendencias organicistas y estructuralistas de los 50, la influencia italiana, la ansiedad teórica de los arquitectos de la costa Este americana…, sin olvidar las estructuras clásicas, góticas o renacentistas.
Aunque si hay que señalar un gesto (hoy exótico) casi exclusivo en el trabajo de Rafael Moneo es el dibujo. No como un mero trámite referido a planos, bocetos o tanteos, sino entendido como el instrumento esencial para estructurar y definir sus decisiones, su pensamiento.
Así se demuestra en la primera gran retrospectiva dedicada al arquitecto navarro que alberga el Museo Thyssen desde el pasado 4 de abril. La exposición, titulada Una reflexión teórica desde la profesión. Materiales de archivo (1961-2016), cierra en Madrid la intensa gira mundial iniciada en 2014 por iniciativa de la Fundación Barrié. La piezas elegidas entre Moneo y el comisario, Francisco González de Canales se documentan mediante una selección de dibujos, maquetas y fotografías, poniendo especial énfasis en la mencionada trascendencia del dibujo en su carrera profesional.
El recorrido cronológico propuesto no sólo implica un viaje por los más de cincuenta proyectos —construidos o no— que conforman la muestra. También, a través de ellos, descubre la filosofía arquitectónica de un hombre cuya vida sólo acierta a explicar mediante su obra.
Entre las intervenciones más conocidas de Rafael Moneo destaca la transformación del palacio de Villahermosa en sede del Museo Thyssen-Bornemisza. Así, coincidiendo con el 25 aniversario, la exposición dedica un espacio exclusivo —a cargo del arquitecto José Manuel Barbeito— a la historia del edificio, desde su construcción a mediados del siglo XVIII hasta su transformación en pinacoteca, en 1992.
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Rafael Moneo. Una reflexión teórica desde la profesión. Materiales de archivo (1961-2016). Museo Thyssen. Del 4 de abril al 11 de junio de 2017. Comisario: Francisco González de Canales.
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