Gervasio Sánchez sabe del espanto de Los Balcanes, del infierno de las minas antipersona en África, de la barbarie de secuestros y desapariciones en los países más conflictivos de América latina; sabe de bombas y destrucción, de desolación y angustia. Sabe del dolor, pero también de la dignidad. Conoce la guerra, la devastación, la crueldad y la sinrazón humanas. Sus fotografías llevan más de un cuarto de siglo removiendo conciencias. Sin embargo, tras finalizar su último gran proyecto, Mujeres. Afganistán, afirma […] en Afganistán me he encontrado lo peor del ser humano: su incapacidad para sentir empatía y piedad hacia las víctimas y unos grados de violencia e impunidad difíciles de presenciar en otros países.
Mónica Bernabé, periodista comprometida donde las haya, lleva ocho viviendo en Afganistán. Ocho años de lucha, de dedicación, de denuncia. Ocho años empeñada en mostrar al mundo la realidad de miles de mujeres y adolescentes, casadas a la fuerza, maltratadas, suicidadas, violadas por familiares, obligadas a casarse con su violador. Porque en Afganistán, el burka —por el que tanto nos escandalizamos— es el menor de sus problemas. El verdadero problema es la violencia estructural, social y familiar que se ejerce sobre ellas.
Un mal endémico, un problema social potenciado por la guerra, las leyes machistas y la falta de educación; una lacra repugnante ante la que occidente cierra los ojos. Sí, cerramos los ojos. Y automáticamente nos convertimos en cómplices del extinto régimen talibán, de los “señores de la guerra” y de toda la inmundicia de un país donde los derechos humanos son papel mojado.
Pero no todo es silencio e indiferencia. Tampoco sumisión incondicional.
Ellas luchan. Y Mónica Bernabé y Gervasio Sánchez, con el apoyo de la Asociación por los derechos Humanos en Afganistán (ASDHA), se alían para mostrar al mundo una realidad dura, pero no exenta de logros. ¿Su proyecto? Mujeres. Afganistán. Un documento impactante. Un homenaje a la mujer afgana. Un trabajo de seis años que, a través de la mirada de dos profesionales conocedores de primera mano de la realidad de un país sumido en la edad de piedra, analiza en profundidad la situación de las mujeres afganas y se materializa en un libro en formato XL y una exposición fotográfica (más de 150 imágenes) itinerante que comienza su andadura en el Palau Robert de Barcelona.
Mujeres. Afganistán recoge en textos e imágenes (todas sin burka) historias y pequeños logros con nombre propio que hoy por hoy no pueden verse en el país de donde hablan.
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Mujeres. Afganistán.
Palau Robert. Barcelona.
Fechas: del 29 de octubre al 15 de febrero de 2015
Horarios: de lunes a sábado: 10-20 h; domingos y festivos: 10-14.30 h
Galería de imágenes
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Rokshane. Tiene 16 años y huyó de la casa de su primo porque abusaba sexualmente de ella y era drogadicto.
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Fotografía: Gervasio Sánchez
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Jóvenes futbolistas entrenan en el estadio de Kabul. ZAR GUL. De 20 años, con su hija de 5 años y su hijo de 2. Su padre la casó a la fuerza con un hombre treinta años mayor que ya tenía una primera esposa. Huyó del hogar conyugal, vive en una casa de acogida y quiere divorciarse.
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Mariam cumple condena de ocho meses en un correccional por huir de casa con su novio. GERVASIO SÁNCHEZ
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.- Shamila, con su marido 32 años mayor que ella y sus tres hijas. G. SÁNCHEZ
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Fotografía: Gervasio Sánchez
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AFGANI. Su primer marido fue asesinado en los años ochenta y se quedó viuda con un niño de un año y una hija de cuarenta días. Fue obligada a contraer un segundo matrimonio con un comandante muyahidín, que fue asesinado por los talibanes. Hoy da clases de costura a otras víctimas y las convence para que no se queden calladas.
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MASUMA. Tiene 18 años y está casada desde hace seis meses. A los siete años la comprometieron con un hombre casado de 30 que pagó 1.350 euros y entregó a su hija de 2 años para que la casaran con el hermano de Masuma, de 10 años, cuando ambos crecieran. Quiere divorciarse.
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ZAR GUL. De 20 años, con su hija de 5 años y su hijo de 2. Su padre la casó a la fuerza con un hombre treinta años mayor que ya tenía una primera esposa. Huyó del hogar conyugal, vive en una casa de acogida y quiere divorciarse.