El mármol ha sido a lo largo de la Historia del Arte uno de los materiales más empleados por escultores y arquitectos. Por su textura y transparencia, por su incomparable calidad y, sobre todo, por su belleza. Como afirmaba Miguel Ángel cada bloque de mármol esconde un “alma”, una obra latente que el artista debe revelar. Aunque hoy los elementos aplicados a la escultura son innumerables, el idilio del mármol con el arte vive una etapa dorada gracias a las nuevas tecnologías y a artistas como Raffaello Galiotto. El diseñador de Vicenza que ha recuperado los más bellos bloques de mármol para convertirlos en piezas de arte y decoración de extraordinaria calidad.
Uno de los atractivos de las creaciones de Galiotto reside en la técnica, la experimentación e investigación de las características del material (superficie, gravedad, transparencia, color) y un enfoque pionero en el tratamiento de la piedra natural mediante tecnología digital que le ha valido el reconocimiento internacional.
La exposición digital Marmo 2.0 presentada en el FuoriSalone de Milán y comisariada por Raffaello Galiotto, constituye una etapa más en su viaje de a través del diseño e investigación del mármol. En ella se exhiben cinco trabajos experimentales —Agave, Glomus, Lisca, Rhinocerus, Thorn— esculpidos en mármol, diseñados con software paramétrico, y construidos exclusivamente con máquinas de control numérico. Demostrando de esta forma que es posible conseguir de la piedra resultados inimaginables, incluso sin la intervención directa del hombre, con el uso exclusivo de técnicas digitales como la de cinco ejes de corte por chorro de agua, fresado o disco de diamante.
Cada una de las obras presentadas, diseñadas por Galiotto y creadas por empresas de diseño italiano de reconocido prestigio (Marmi Strada, Helios Automazioni, Lithos Design, Citco, Intermac), se han creado con de piedras de diferente origen: Verde Alpi, Bronzetto chiaro di Apricena, Travertino, Grigio Bardiglio y Arabescato Orobico. Todas ellas ponen de manifiesto la elegancia, la poética, la complejidad y el virtuosismo de sus formas y acabados gracias al “cincel digital” que permite, además de un profundo respeto por la nobleza del mármol, la recuperación, el control y la reducción de desechos.
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