Tesoros de los museos de Viena
Arte

Los tesoros de los museos de Viena

Viajar a Viena siempre es un placer. No sólo por la monumentalidad de sus palacios y edificios, la explosión de color de los parques o los sabores del Karmelitermarkt. En el circuito artístico vienés hay más de 100 museos.

Viajar a Viena siempre es un placer, aún más cuando se acerca la primavera. Y es que zanjadas las incomodidades climáticas del invierno, la capital austriaca se convierte en una ciudad de cuento de hadas. No sólo por la monumentalidad de sus palacios y edificios barrocos, la belleza de sus construcciones modernistas o la fascinante arquitectura de Adolf Loos. Las horas de luz, la explosión de color de los parques, los sabores del Karmelitermarkt  y otros rincones secretos e igual de acogedores invitan a pasear la ciudad como un auténtico flâneur. Por si esto fuera poco, Viena alberga museos repletos de tesoros escondidos.

Casi todo el mundo lo sabe: en el circuito artístico vienés hay más de 100 museos. En ellos caben todas las disciplinas existentes. No sólo Egon Schiele o Gustav Klimt cuelgan de los muros de espacios tan emblemáticos como la Albertina o el Pabellón de la Sezessionsstil. Maestros como Pieter Bruegel el Viejo, Durero o El Bosco habitan las salas del Kunsthistorisches Museum, la Pinacoteca de la Academia de Bellas Artes y  el Naturhistorisches Museum. Allí se cobija la pequeña Venus de Willendorf. Una estatuilla paleolítica de 29.500 años de antigüedad, considerada uno de los más famosos hallazgos arqueológicos del mundo. Está expuesta en el Gabinete de Venus del Museo de Historia Natural de Viena, uno de los mejores del mundo, lleno de curiosidades como su enorme colección de meteoritos, animales extinguidos disecados y un planetario digital.

En el Weltmuseum, reinaugurado en octubre de 2017, encontramos piezas tan exóticas como el Penacho de Moctezuma. Este famoso tocado de plumas procedente de la cultura azteca, consta de cientos de plumas de quetzal y más de mil tejuelos de oro. Es el único conservado en todo el mundo.

También las tendencias contemporáneas exhiben su arte en la capital austriaca. Buen ejemplo de ello es la fachada de la Kunst Haus Wien, todo un espectáculo. Superficies de colores, formas irregulares y vegetación exuberante adelantan en parte lo que podemos encontrar en su interior. Fundado en 1991 por Friedensreich Hundertwasser, el museo que lleva su nombre sigue los principios filosóficos y estéticos del famoso artista. Un visionario ecológico que llenó de árboles las azoteas de sus proyectos arquitectónicos y creó los primeros ejemplos del “verde vertical” mediante los “árboles inquilinos” colocados en las fachadas.

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