El cuerno de la abundancia, símbolo mitológico de la prosperidad y la fertilidad, fue la fuente de inspiración de la penúltima colección de Alexander McQueen. Presentada en París en marzo de 2009, The horn of plenty y sus inquietantes criaturas de tez pálida deambulando entre los desechos de un vertedero ficticio, se recuerda todavía como una de las puestas en escena más aclamadas (y controvertidas) del célebre diseñador británico, además de convertirse en un icono de la pasarela tras el suicidio de su creador. Cocaína, cristal, anfetas y tranquilizantes minaron su vida, pero jamás menoscabaron esa creatividad suya tan excesiva y fetichista, inspirada en la naturaleza salvaje y el lado oscuro.
Y es que McQueen, extravagante, polémico, radical e inconformista, cosía por instinto. Y por instinto también se sumergía en ese particular universo gótico —un poco gore, a veces— repleto de aves y seres delirantes que luego materializaba en propuestas surrealistas y desfiles cargados de dramatismo. La gente no quiere ver la ropa, afirmaba. Quieren ver algo que alimente la imaginación. Y fue su gran amigo, el fotógrafo británico Nick Waplington el encargado de inmortalizar el largo proceso de creación de esta espléndida colección; cada puntada, cada delirio, desde el primer boceto hasta la tensión de los momentos previos al desfile, vieron la luz en el libro de fotografía, Alexander McQueen: Working Process, que inmortalizó el complejo proceso creativo del genio de la moda del East End.
El Tate Britain inaugura primavera con una exposición homónima que muestra por primera vez las imágenes originales —más de un centenar, algunas inéditas— tomadas por Nick Waplington. Una colaboración fascinante entre fotógrafo y diseñador que no solo revela el espíritu y la esencia de Alexander McQueen, sino que presenta también una reflexión acerca de los temas clave de su creatividad desmesurada: la destrucción y la renovación, así como su propia evolución como artista.
A través de imágenes yuxtapuestas entre vertederos y plantas de reciclaje, Waplington nos descubre la humanidad del creador, los detalles de su taller y cómo él mismo se desintegró para poder llevar a cabo el esplendor de la más memorable de sus colecciones. McQueen —explica el fotógrafo— concibió su penúltima colección como una retrospectiva de toda su carrera, recuperando patrones antiguos, viejas texturas, el retorno a las plumas, las jaulas y las formas vanguardistas de sus primeros años como diseñador.
De manera paralela, el Victoria & Albert Museum acoge, del 14 de marzo al 2 de agosto, Savage Beauty. Una gran retrospectiva que abarca toda la carrera de McQueen, desde sus primeros años en Givenchy y Savile Row, hasta la última colección (póstuma) presentada por su "heredera" Sarah Burton, incluido el increíble armario de su amiga Isabella Blow.
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Nick Waplington & Alexander McQueen: Working Process
Tate Britain
Fechas: 10 de marzo - 17 de mayo de 2015
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