Quería ser bailarina; le fascinaba la pintura; estudió a los clásicos, su elegancia, su equilibrio; se dejó llevar por El Greco y sus figuras estilizadas, la postura de sus manos pintadas. Y a mediados de los 40 la dirección artística de Harper’s Junior era suya. Así era Lillian Basman, uno de los referentes de la fotografía de moda del siglo XX, que hizo de la imagen un canto a la belleza femenina.
Se encerraba en el laboratorio para recrear la magia de la pintura sobre el papel fotográfico. Fueron imágenes ajenas —Richard Avedon, Robert Frank, Arnold Newman— su primer objetivo hasta que, impulsada por Avedon, decidió comenzar a tomar sus propias fotografías. Y se convirtió en la estrella. Lo hizo todo a su manera: la atmósfera, el misterio, la sensualidad… Las imposiciones de la moda posterior precipitaron su retiro a finales de los sesenta y durante las dos décadas siguientes, tras meter sus negativos en bolsas de basura, se entregó al diseño de ropa interior. Simplemente se cansó de modelos aniñadas, de maquilladores y estilistas, de diseños rígidos. Según ella, ya no había margen para la experimentación. Y se fue, en silencio. Casi como llegó.
‘Yo estaba interesada en crear una visión que fuera más allá de lo que la cámara veía. Esta forma de tratar la fotografía venía de mi experiencia con el dibujo y la pintura’.
A comienzos de los noventa, su trabajo resurgió. Bassman rondaba los ochenta años cuando regresó al laboratorio y se dedicó a imprimir, a reinterpretar, a explorar nuevas texturas (papel de seda, ahumados, lentes ampliadoras, ácidos), descubrió el photoshop: Aquí estoy —decía—, no es el laboratorio pero experimentar con el ordenador es también divertido. Sus imágenes, dibujadas entre luces y sombras, se caracterizan por el juego de contrastes, la ausencia de grano y una estética cercana a la ilustración y la pintura.
Hoy, yen el marco de la XVII edición de PhotoEspaña, la Fundación Loewe rinde homenaje a Lillian Bassman con una retrospectiva que recoge instantáneas de la fotógrafa neoyorquina tan míticas como Across the Restaurant (Paris 1949), el reportaje para el New York Times, The Night Fantastic (1997) o Segni di Classe (1999). Comisariada por María Millán, la muestra podrá visitarse hasta el 31 de agosto en Serrano 26 (Madrid). Posteriormente viajará a la Galería Loewe de Barcelona (de 8 de septiembre al 9 de noviembre).
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Lillian Bassman. Pinceladas.
Fechas: 5 junio – 31 agosto
Horario: de lunes a Sábado 10:00 a 20:30h
Comisaria: María Millán
Organiza: Fundación Loewe