La Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando custodia las 228 planchas grabadas por Francisco de Goya a lo largo de su carrera artística, que abarca desde sus primeros contactos con el mundo del grabado como copista de grandes maestros hasta las planchas correspondientes a sus cuatro series: Caprichos, Desastres de la guerra, Tauromaquia y Disparates. Esta faceta del pintor nos permite comprender mejor su extraordinario universo creativo. Un espacio inmenso donde cupieron, escribía Ortega y Gasset “todos los temas divinos, humanos, diabólicos y fantasmáticos.”
Gracias a esa ilimitada capacidad del artista aragonés de mirar, analizar, escudriñar y caricaturizar el alma humana, la sociedad y el torrente de vida que le rodeaba, no excluyó ningún aspecto ni modo de expresión. No obstante y pese a la amplitud universal de sus motivos pictóricos, Goya muestra un especial interés por el rol femenino en la sociedad de la época, la crónica de la guerra y la exploración de la fisonomía.
Goya, tres lecturas: la mujer, la guerra y el rostro acoge un resumen de las tres miradas fundamentales del pintor de Fuendetodos en su obra gráfica. La primera de ellas está dedicada a la mujer: su mundo, sus actividades cotidianas, sus momentos de ocio, también como objeto de la violencia masculina, víctima de abusos, sometida a la voluntad patriarcal. La segunda recoge los grabados en los que Goya reflejó el horror de las guerras. El estudio del rostro es la tercera gran mirada que el artista plasma en infinidad de pinturas, bocetos y dibujos.
La RABASF ya presentó hace tiempo, de manera monográfica, dos muestras que indagaban en Los desastres de guerra (2008) —en diálogo con imágenes del archivo fotográfico sobre la guerra civil española de la Biblioteca Nacional— y la faceta de Goya fisonomista, en 2014. El repertorio goyesco de lo femenino exhibido en esta muestra se adelanta a una próxima exposición que la Academia dedicará de manera más extensa a la visión sobre la mujer en su obra gráfica, cuya presencia se intensifica en las series de los Caprichos y en los Desastres de la guerra.
En los Caprichos explora sobre todo las relaciones entre hombre y mujer: el cortejo, el matrimonio, los matrimonios pactados, la prostitución, la sumisión o la violencia. El los Desastres presenta los diferentes roles femeninos en la guerra: la heroica, la guerrillera, la mujer como botín de guerra, la humillada. Un grupo significativo también aborda las prácticas oscurantistas que pervivían en la España de fines del XVIII y que atribuían a las mujeres un papel protagonista.
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