Arte

La metamorfosis de Praga

La capital checa reivindica un papel protagonista en la vanguardia artística con el museo DOX, dedicado al arte contemporáneo y alternativo.

El distrito número 7 de la capital checa se ha convertido en los últimos años en uno de los más dinámicos y vanguardistas de la ciudad. Situado al norte del casco histórico, en la margen izquierda del gran recodo que forma el río Moldava, este antiguo barrio industrial, cuajado de fábricas, ha empezado a ser el destino de artistas, diseñadores, empresas gráficas... y, junto con ellos, el museo de arte contemporáneo más prometedor: el DOX.

Inaugurado hace cinco años, este centro surge de la convicción de sus promotores de que Praga merece un importante hueco en el panorama artístico de vanguardia y alternativo europeo. Más de 80 exhibiciones y 300 programas artísticos lo han podido refrendar. En ellos hay todo tipo de instalaciones, performances, vídeo-arte, esculturas XXL, nuevos materiales... que se van colocando en las diferentes salas que ocupan lo que antes era una gran fábrica y que se ha rehabilitado con una oda al minimalismo militante. Ahora mismo, por ejemplo, una gran exhibición con la historia del cómic checo, donde poder ver la evolución de este arte desde los años 20 hasta hoy, pasando por el periodo soviético.

Un día soleado merece la pena tomarse un café en su terraza, cuajada de sofás de diseño excéntrico y multicolor, y ver desde él una escultura de un Cristo realizada por Petr Motyčka con 1.444 zapatos usados, de más de diez metros de alto. No es la única que llamará la atención, pues los techos de las diferentes naves tienen 'inquilinos' artísticos igual de llamativos. Después, un paseo por su tienda, en la que todos los objetos cumplen la norma de ser diseño de vanguardia.

Merece la pena, si se visita Praga, acercarse hasta aquí y comprobar 'in situ' el dinamismo de una ciudad en pleno proceso de metamorfosis.

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