Cristóbal Balenciaga Museoa se rinde al arte, siempre con el modisto del que hace gala su nombre como referencia pero sin privar de luz y exposición a otros artistas que, como Balenciaga, han hecho de los tejidos magia.
Durante el mes de mayo será el arte de tocar cabezas el que corone el Museo. Y es que no dejan de ser arte los tocados porque ellos son, en su discreción o en su descaro, los que rematan un atuendo y lo complementan elevando el tono de su elegancia.
Candela Cort es un referente en esto de tocar cabezas y por eso suyo es el hall del Museo del 3 al 26 de mayo, para que nos muestre no sólo su trabajo sino también su proceso creativo, ese que lleva las ideas de su cabeza a la nuestra y a las diferentes muestras y exposiciones en la que está presente en España y en otros rincones del globo, también a los vestuarios teatrales, musicales y cinematrográficos.
El proceso creativo de Cort comienza en las ideas, por locas que éstas puedan parecer; en esta fase de creatividad y divertimento desbocados crea pequeños maniquíes que muestran el inicio de todo; es a ellos a quienes recurre Candela cuando afronta ya el diseño en firme, el que ha de sustentarse con arte no sólo en una miniatura sino en una cabeza pensante.
Cort rinde además tributo a Balenciaga al verse acogida en su museo y trabaja con diez fotografías que recogen creaciones del maestro de la aguja separando de ellos sus tocados.
Y tras las pequeñas miniaturas y las fotografías, una suerte de juego de escultura y pintura, llegamos a la bella y sorprendente realidad representada por los 35 tocados a tamaño natural que forman parte de las últimas creaciones de Candela y nos muestran como están y estarán de tocadas las cabezas.
Definitivamente, la moda es un arte incluso en sus complementos.
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