Resulta imposible recorrer la avenida Diagonal sin detenerse, a la altura de la calle Roselló, ante uno de los edificios más singulares de Barcelona. Una joya del modernismo catalán. Un proyecto colosal que vio la luz en 1905 gracias a la iniciativa Bartomeu Terradas Brutau y el ingenio arquitectónico de Josep Puig i Cadafalch. Conocida popularmente como la Casa de les Punxes (la Casa de los Pinchos) debido a las seis torres afiladas que la coronan, este palacete urbano casi neucentista rompió con el academicismo imperante. Y es que Puig i Cadafalch era un visionario. Un innovador que no dudó en desafiar las tradiciones construyendo un castillo de corte medieval en el corazón del Eixample de Ildefonso Cerdá.
En pleno auge de la burguesía catalana y su imperio textil, el industrial Terradas quiso regalar a cada una de sus tres hermanas —Àngela, Rosa y Josefa— una hermosa vivienda. De ahí que, aunque su exterior lo enmascara, el edificio contiene tres bloques independientes. Una belleza modernista cuya decoración simbolista y enigmática corrió a cargo de los artesanos Enric Monserdà y Alfons Juyol. Vidrieras, forjados, esculturas y pinturas presiden la que es sin duda la protagonista de la casa: la inmensa fachada de ladrillo rojizo personalizada para cada una de las propietarias.
Por primera vez desde más de un siglo —coincidiendo con el 60 aniversario de la muerte de Puig i Cadafalch—, Casa Terradas abre las puertas al público. Meses de reformas a cargo del arquitecto Jaume Falguera han hecho posible la materialización de este proyecto innovador. Un sueño neomedieval convertido en museo que propone tres recorridos dirigidos a descubrir los secretos de les punxes.
La leyenda de Sant Jordi y la figura de Josep Puig i Cadafalch.
Además de los enigmas de la casa, también se dará a conocer la figura de Josep Puig i Cadafalch y la leyenda de Sant Jordi, tan presente en la iconografía de la casa. Un paseo literario y romántico que revela cómo la figura e imaginería del santo inspiraron no sólo al arquitecto a la hora de proyectar el palacete, también su profunda influencia en todo el movimiento modernista. El espacio brinda también una aproximación musical a la casa. Es clave la influencia de Wagner tanto en la Barcelona y los intelectuales de la época como en Puig i Cadafalch.
La azotea, la gran desconocida.
Cuentan que Eugenio d’Ors subía a la azotea a contemplar los atardeceres barceloneses. Desde la punxa principal disfrutaba de las escamas de los tejados y los colores de la tarde. Desde esta atalaya privilegiada, hoy dedicada a la figura del arquitecto, es posible gozar otra vez de la espectacular panorámica sobre Barcelona. Y sobre la propia terraza, que conserva las viviendas del servicio y las carboneras. Las cinco torres restantes analizan el estilo de Puig i Cadafalch. Sus recursos técnicos, sus referentes arquitectónicos y la inspiración wagneriana que impregna su obra. Tecnologías punteras y documentales repasan su dimensión como el artista poliédrico que fue en arquitectura y urbanismo.
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Casa de les Punxes. Av. Diagonal, 420. Barcelona.
Horario: 9.00 – 20.00 h. (última entrada a las 19.00h.). Abierto todos de lunes a domingo, excepto el 25 de diciembre.
Precio: entrada general 12,50 € y entrada guiada 20 €. Los residentes en Barcelona tendrán un 30% de descuento en la entrada guiada durante este año 2016.
Visitas guiadas en español, catalán e inglés.
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